La empresa implementa un proyecto piloto junto al Gobierno australiano para prevenir el abuso.
Facebook y el Gobierno de Australia han desarrollado un proyecto piloto para poner fin a la pornovenganza entre sus usuarios. Los ciudadanos que sospechan que pueden ser víctimas de ese abuso tienen la posibilidad, desde este mes, de enviar voluntariamente sus fotos y vídeos íntimos a Facebook para que la empresa detecte si otra persona intenta publicarlos sin su consentimiento y evite la difusión de las imágenes.
Los usuarios de esas redes sociales ya podían denunciar si imágenes de ellos desnudos o con contenido sexual eran compartidas sin su consentimiento, pero esta iniciativa, en etapa de prueba, busca que las imágenes —reales, retocadas o dibujadas— no se compartan en ningún momento en Facebook, Instagram y Messenger.
El primer paso para alertar a Facebook del posible abuso es completar un formulario en la página web del Comisionado de Seguridad Digital australiano, que será remitido a la compañía.
Solo un miembro responsable del equipo de Facebook tendrá acceso a la imagen y creará una especie de huella digital numérica para identificarla si alguien intenta subirla a lnternet.
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